Reflexiones sobre la Historia y la Literatura en el Contexto Romano

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Tras esta batalla, se dirigió a Roma sin que nadie le opusiera resistencia alguna. Se detuvo en las montañas cercanas. Había establecido allí su campamento durante algunos días y se disponía a marchar de vuelta a Capua, cuando Q. Fabio Máximo, dictador romano, le hizo frente en la llanura de Falerno. A pesar de encontrarse encerrado en un desfiladero, salió de allí durante la noche sin daño alguno para su ejército.

La Naturaleza y la Reflexión

Al pie de la encina vieja o por la hierba mullida, gusta echarse mientras entre orillas altas mana el agua; se queja el ave en el bosque y el eco en las frondas del arroyo invita a dormitar dulcemente.

Las Consecuencias de una Ley

Tú confiaste mediante una ley tuya todo el trigo privado y público, todas las provincias que lo proporcionan, todos los adjudicatarios, todas las llaves de los graneros a Sexto Clodio; a partir de esta ley tuya, se produjo primero la carestía y después la escasez. Era el hambre, los incendios, las muertes, el pillaje lo que se nos venía encima; tu furor se cernía sobre las fortunas y los bienes de todo el mundo.

El Lamento de Eneas

Y entonces, cuando Eneas vio sus despojos, su carro y el cuerpo mismo de su amigo, y a Príamo con sus manos inermes tendidas hacia el vencedor, dejó salir de lo más profundo de su pecho un prolongado gemido. Se reconoció también él mismo mezclando entre los caudillos aqueos y reconoció las falanges venidas de Oriente y las armas del negro Memnón.

El Fuego de los Inmortales

Los hombres antes pedían el fuego a los inmortales y no sabían conservarlo de forma permanente; después, Prometeo lo llevó a la tierra en una caña y mostró a los hombres de qué modo podían conservarlo cubierto por la ceniza. Por esta razón, Mercurio, por orden de Júpiter, lo ató con clavos de hierro a una roca en el monte Cáucaso y colocó junto a él un águila para que le devorase su corazón.

La Batalla y el Valor

Entretanto, nuestros soldados sostuvieron el ataque de los enemigos y lucharon muy valerosamente más allá de cuatro horas y, recibidas pocas heridas, muchos de ellos murieron. Pero, después que nuestra caballería estuvo a la vista, los enemigos, arrojadas las armas, volvieron la espalda y un gran número de ellos fue muerto/murió.

Una Invitación a la Amistad

Ven ya, dulce amiga, tú, a quien amo como a mi corazón; entra en mi alcoba, repleta de todos los adornos. Hay allí asientos mullidos, y la casa está adornada con colgaduras, y en ella hay esparcidas flores, y olorosas hierbas se entremezclan.

La Pérdida del Conocimiento

¿Qué diré de los libros, que eran allí innumerables, todavía no conocidos por los latinos? ¡Ay! ¿Cuántos nombres de grandes hombres se perdieron ahora? Esa es la segunda muerte para Homero, el segundo óbito para Platón. ¿Dónde buscaremos ahora los talentos de los poetas o de los filósofos? Extinta está la fuente de las musas.

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