Reformas y Desafíos de la Segunda República Española: Educación, Autonomías y Crisis
La Segunda República Española: Reformas, Autonomías y la Crisis de 1933
La Cuestión Regional y los Estatutos de Autonomía
La diversidad nacional dentro de España fue uno de los primeros desafíos que enfrentó la Segunda República. El 14 de abril de 1931, Francesc Macià, presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, proclamó la República Catalana. El gobierno provisional negoció con él para que anulara esta declaración a cambio de un gobierno autonómico provisional, la Generalitat. Una comisión redactó un Estatuto de Autonomía, conocido como el Estatuto de Nuria, que fue aprobado por el 99% de la población catalana.
La Constitución de 1931 contemplaba la posibilidad de conceder la autonomía a las regiones que lo solicitaran. Las Cortes iniciaron el estudio de esta cuestión, aprobándose el Estatuto de Cataluña en septiembre de 1932. Cataluña se convirtió en una región autónoma, con gobierno y parlamento propios. Tras las primeras elecciones, Macià fue elegido presidente de la Generalitat, siendo sustituido a su muerte por Lluís Companys.
El carácter fuertemente confesional del Partido Nacionalista Vasco dificultó las conversaciones con el gobierno de izquierdas sobre el futuro Estatuto de Euskadi, que no fue aprobado hasta 1936. Otras regiones como Aragón, Castilla la Vieja-León, Valencia, Galicia, Baleares y Andalucía iniciaron también proyectos autonómicos, pero no llegaron a concretarse durante este periodo.
La Reforma Educativa y Cultural
En el ámbito de la educación, la República se enfrentó al elevado índice de analfabetismo, superior al 30%, y a la falta de escolarización de casi la mitad de la población infantil. El objetivo primordial fue promover una educación laica y liberal, extendiéndola a toda la población. Los proyectos iniciales de creación de plazas escolares se vieron frenados por la falta de presupuestos. A pesar de ello, en dos años se crearon más de 13.000 aulas y 7.000 plazas de maestros. Se intentó acabar con la hegemonía de la enseñanza religiosa y se adoptó un modelo de escuela mixta, laica, obligatoria y gratuita.
Se desarrollaron interesantes proyectos en el campo educacional, contando con el antecedente de la labor de la Institución Libre de Enseñanza: modernización de la Universidad, ampliación de los centros y alumnos de bachillerato, bibliotecas ambulantes y misiones pedagógicas.
La Crisis de la República de Izquierdas y los Sucesos de Casas Viejas
En agosto de 1932 se produjo el alzamiento fallido del general Sanjurjo. A finales de ese año, Manuel Azaña gozaba de un inmenso prestigio y popularidad. Había culminado una reforma militar, se estaba impulsando la reforma agraria, se había derrotado la sublevación militar y se había aprobado el Estatuto de Cataluña, siendo aclamado por la multitud en su viaje a Barcelona. Sin embargo, pronto se produjo un vuelco inesperado de la situación.
En los primeros días de 1933 hubo una oleada de esporádicos levantamientos anarquistas en pequeñas localidades de Cataluña, Levante y Andalucía. Uno de ellos fue el de Casas Viejas, un pueblecito gaditano donde, debido a la extensión del latifundio, sólo se sembraba un tercio de la tierra disponible, de modo que medio millar de campesinos sin tierra estaba sometido al paro forzoso estacional. Anarquistas de la CNT destituyeron al alcalde y asaltaron el cuartel de la Guardia Civil, resultando un guardia muerto y otros heridos. La dura represión de los Guardias de Asalto y la Guardia Civil provocó doce muertos, causando un gran descrédito en el gobierno. Este hecho, unido al desgaste a causa de la conflictividad social, acabó provocando la dimisión de Azaña. El presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora, otorgó la presidencia del gobierno a los radicales, primero a Alejandro Lerroux y, pocas semanas más tarde, a Diego Martínez Barrio. El objetivo era la convocatoria de nuevas elecciones.