El Reinado de Alfonso XIII y la Dictadura de Primo de Rivera: España a Inicios del Siglo XX

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El Reinado de Alfonso XIII y la Crisis del 98

En España, el reinado de Alfonso XIII surgió tras la crisis del 98. Los primeros gobiernos propusieron una renovación interna del régimen, pero las reformas no fueron suficientes para evitar que el sistema se hundiera por completo. El reinado de Alfonso XIII estuvo marcado por el espíritu regeneracionista, que se había extendido tanto dentro como fuera del país tras la crisis del 98. Destacan dos rasgos: el intervencionismo del monarca en la política ordinaria y las luchas internas de los partidos dinásticos.

La política estaba contagiada por el espíritu regeneracionista. En el siglo XX se inició un intento de reformas en el sistema político de la Restauración, que cada vez estaba más alejado de la realidad social española. Tras la muerte de los fundadores de los dos partidos dinásticos, comienza la etapa de revisionismo político. Se pusieron en marcha una nueva ley electoral, la ley de creación de la escuadra, la ley de colonización interior, la legalización de la huelga, sindicatos agrícolas, etc. La Semana Trágica en Barcelona impidió que estos partidos terminaran su "revolución"; por ello, dimitió su representante y el rey le retiró su confianza. A pesar de no haber podido concluir sus proyectos, se cambiaron y aprobaron algunos términos políticos y reformas.

El Golpe de Estado de Primo de Rivera

Se estaba conspirando desde dos movimientos distintos. El primero estaba vinculado a las Juntas de Defensa de Barcelona, de las que luego se valdría Primo de Rivera, que buscaba disolver las Cortes y darle el poder político de estas a las clases medias. El segundo, vinculado a Madrid, pretendía la instauración de un gobierno fuerte y dispuesto a resolver los problemas generales del ejército y del orden público, manteniendo la Constitución y la monarquía.

Primo de Rivera no pretendía establecer un régimen definitivo, sino crear un "paréntesis de curación". Contó con distintos apoyos sociales. Aunque la nueva denominación fue aceptada por la gran masa del país, los partidos políticos recibieron el golpe con recelo y vacilación. El golpe de Estado fue posible gracias a dos fuertes corrientes: la burguesía y el movimiento obrero. La dictadura de Primo de Rivera está relacionada con la aparición de movimientos totalitarios en Europa.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

El rey aceptó la propuesta de nombrar ministro único al general Primo de Rivera, a quien asistiría, a título consultivo, un Directorio Militar. Era, por tanto, una dictadura totalmente personalista. El Directorio Militar evolucionó a un Directorio Civil, lo que representaba un nuevo hecho, pues la dictadura, que nació como algo provisional, quería establecerse como régimen permanente.

Los elementos claves eran la Unión Patriótica y la Asamblea Nacional Consultiva. La Unión Patriótica era un movimiento que intentaba agrupar a la gente "de buena fe" en torno al ideario monárquico y democrático. La Asamblea Nacional Consultiva era una representación política que permitía una salida constitucional a la dictadura, formada por representantes de instituciones locales, de carácter consultivo y con total dependencia del gobierno.

El éxito económico de la dictadura hay que buscarlo en la paz social que esta trajo consigo y en la política económica llevada a cabo durante y después del Directorio Civil. Con respecto a la oposición y la caída de la dictadura, las dos principales fuerzas que contribuyeron a la caída de Primo de Rivera fueron los intelectuales y el ejército de la península. Ante esto, en 1930, los partidos republicanos se reunieron y firmaron el Pacto de San Sebastián para instaurar la República en España.

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