Relaciones entre la ciudad celestial y terrenal San Agustín

Clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 4,45 KB

“Donde no se dé la justicia que consiste..." - AGUSTÍN DE HIPONA

1. Con respecto al texto: sitúa al autor en su momento histórico, señala el tema o el problema del texto, indica las ideas principales, muestra las relaciones entre ellas y explícalas.


Agustín de Hipona pertenece a la filosofía medieval. Vivíó en el siglo IV, en plena decadencia del Imperio Romano y es el representante más destacado de la patrística. Intentó integrar la filosofía clásica, especialmente el platonismo, con el cristianismo.


El texto nos habla de que si no hay justicia basada en el cumplimiento de la ley de Dios es imposible que se dé una sociedad que busque el mismo fin o bien para todos y si no se da esta sociedad no puede haber política.


Las ideas principales del texto son las siguientes:

1) Una sociedad será justa si en ella los ciudadanos cumplen la ley de Dios, lo que hará que los ciudadanos vivan con auténticos creyentes que cumplen los mandamientos por amor a Dios y al prójimo como a sí mismo.

2) Si no se da este tipo de sociedad entonces no existe lo que se llama un pueblo y como consecuencia no hay política.

Estructura del texto:


Se parte de una tesis o afirmación, donde no hay justicia entendida como que todos los ciudadanos cumplan la ley de Dios no puede constituirse una sociedad que busca intereses y derechos comunes.

Definición de pueblo: el autor define pueblo como un conjunto de hombres unidos en la prosecución de un mismo fin o bien.

Conclusión o consecuencia lógica: si no se da esa sociedad justa cuyos ciudadanos cumplen la ley de Dios entonces no se puede dar una sociedad basada en metas comunes, por tanto, si no se da una sociedad basada en metas comunes no hay pueblo, y si no hay pueblo no hay política.


La explicación de las ideas principales:


Poco después del saqueo de Roma por los visigodos Agustín escribíó “La ciudad de Dios” obra a la que pertenece este texto y que supuso la inauguración de la filosofía de la historia. El autor describe dos ciudades habitadas por personas muy diferentes:

- La ciudad celestial, en la que viven quienes aman a Dios y que es precisamente la que se describe en el texto propuesto, una comunidad que anhela vivir de acuerdo con las enseñanzas cristianas y con la voluntad de Dios

- La ciudad terrenal imagen de una forma de vida fundamentada en el amor propio, hombres que se aferran a los bienes materiales de este mundo y que hacen del placer y de las riquezas el fin último de su vida.


En la primera reinará la justicia y en la segunda no, y en aquella sociedad donde no impera la justicia entendida de este modo, no es una comunidad que busca los intereses y derechos de todos, que debería ser el fin de la política. Por eso el texto termina afirmando que si no se da este tipo de sociedad (pueblo) no se dará la política.


Estas dos ciudades conviven en el seno de una misma sociedad. La sociedad celestial, que vive conforme a la moral cristiana, convive con la terrenal obedeciendo las leyes propias de los hombres siempre que éstas no se opongan a las verdades de la fe.

Esta cohabitación de ciudades tiene importantes repercusiones políticas. Para Agustín el Estado debe procurar la paz y no contradecir las leyes eternas de Dios, para que éste cumpla con la justicia debe estar informado por los valores espirituales del amor a Dios. Esta tarea compete a la Iglesia, sociedad perfecta que supera al Estado.


El Estado y la Iglesia poseen dos modos distintos de legislar. El estado sigue la ley positiva y la iglesia, la ley natural.

La obra del autor dio lugar a la controvertida doctrina del agustinismo político, identificando la ciudad de Dios con la Iglesia y la ciudad pecadora con una Roma en proceso de desintegración. De aquí se dedujo la superioridad de la primera sobre la segunda y la necesidad de subordinar el poder político al eclesiástico.

Entradas relacionadas: