Renacimiento y Clasicismo: Características, Autores y Obras Clave
Renacimiento: Características Principales (Siglos XV y XVI)
El Renacimiento se caracteriza por un resurgir de los clásicos grecolatinos, que se toman como modelos en temas, géneros y formas. Hay un marcado interés por el ser humano, separándose de lo religioso y lo profano; los depositarios de la cultura son laicos. Existe una atracción por la naturaleza, aunque no se copia del natural, sino de descripciones idealizadas de Virgilio. Se da un auge de las lenguas nacionales como vehículo de producción literaria, pero imitando la naturalidad y elegancia de los escritores latinos.
El Barroco como Reacción (Siglo XVII)
En el siglo XVII, España e Inglaterra reaccionan contra los modelos paganos, la sobriedad y el equilibrio renacentistas. Surge el Barroco, que se caracteriza por el pesimismo, un resurgimiento de la religión y una riqueza ornamental.
El Clasicismo Francés (Siglo XVII)
Francia, sin embargo, se afianza en el siglo XVII con el Clasicismo, que da un culto a la razón y al buen gusto. Rechaza lo fantástico, misterioso y exagerado, y reprime la expresión del sentimiento. La literatura debe educar (fines didácticos) y posee un carácter aristocrático y refinado (el arte se gesta en salones de la nobleza y la corte).
Poesía en el Renacimiento
El paso de la lírica medieval a la renacentista se da en Italia con Dante y Petrarca.
Petrarca (1304-1374)
Petrarca, un gran humanista, estudió y comentó obras clásicas, y fue un gran poeta. A los 23 años conoció a Laura de Noves, de quien se enamoró, y que le inspiró para crear los poemas del Cancionero. Este es el primer libro europeo de poesía con un sentido de amor no correspondido. Petrarca ve a una mujer real, aunque idealizada, capaz de despertar sus deseos.
El Cancionero se divide en dos partes:
- Rimas compuestas en vida de Laura: Reflejan angustia y culpabilidad, porque la desea y la venera.
- Rimas compuestas tras la muerte de Laura: La amada goza de la presencia de Dios y el poeta alcanza paz y serenidad.
Ronsard (1524-1585)
Ronsard fue el poeta más importante de su grupo, La Pléyade, unidos por la admiración a los clásicos, el afán por introducir fórmulas italianas y el amor a la lengua francesa. Su obra Los Amores consta de tres series de sonetos dedicados a tres mujeres, a quienes canta el amor. Describe la belleza de la mujer (sonrisas, brillo de ojos), pero también su fugacidad. El libro es melancólico. Busca un antídoto al tiempo huidizo y a la muerte, que destruyen la belleza y la juventud. Propone disfrutar de la vida y del amor, siguiendo el clásico carpe diem.
El Clasicismo y la Fábula
La fusión de la poesía y el deseo de moralizar da lugar a la fábula: una composición en verso con personajes alegóricos (generalmente animales) de los que se desprende una enseñanza.
La Fontaine (1621-1695)
La Fontaine es famoso por sus fábulas, a menudo asociadas a la infancia. Escribió 240 poemas en un libro. Se inspira en el griego Esopo y el latino Fedro, y capta con gracia y precisión los gestos y actitudes de los animales. A través de ellos, parodia con ironía los comportamientos humanos. Su lenguaje está lleno de matices: puede ser elegante o popular.
La Narración en el Renacimiento
La mayoría de las narraciones pretendían distraer a los lectores con temas de amor y aventura. Destacan la novela sentimental, la novela pastoril y la de caballerías, además de la picaresca.
Boccaccio (1313-1375)
Boccaccio tuvo una esmerada educación. Se enamoró de Fiammetta, a quien acaba rechazando en uno de sus relatos. Fue amigo de Petrarca. Creó el primer arte narrativo adecuado a la sociedad que disfruta con los placeres de la vida.
- Fiammetta: Relata una aventura amorosa juvenil, invirtiendo los papeles: es la joven la que es abandonada por su amante.
- Corbaccio: Desahoga su resentimiento por otro desengaño amoroso, fustigando las tretas femeninas.
La mujer es contemplada por Boccaccio con realismo y humanidad.
Decamerón es su obra más famosa, donde destaca la originalidad en los temas y la moderna envoltura con la que los presenta, además del estilo. No renuncia al habla coloquial y espontánea.