El Renacimiento: Un Nuevo Amanecer en Europa

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Introducción

El Renacimiento, que significa "volver a nacer", es una consecuencia del Humanismo. Son dos conceptos distintos, aunque estrechamente relacionados. Para comprender mejor este período, es importante analizar el contexto histórico en el que surge.

Fin de la Edad Media

La Edad Media culmina para algunos historiadores en 1453, año marcado por dos eventos cruciales: la invención de la Imprenta de tipos móviles por Johannes Gutenberg y la caída del Imperio Romano de Oriente (Bizancio). Otros historiadores sitúan el fin de la Edad Media en 1492, con el descubrimiento de América.

Pilares del Cambio

Tres pilares fundamentales impulsaron los cambios que dieron origen al Renacimiento:

  • La Imprenta
  • El Humanismo
  • El surgimiento de la Burguesía

La Imprenta: Difusión del Conocimiento

La Imprenta fue la piedra angular de la transformación. Hasta 1453, la Iglesia, con poder absoluto durante 1000 años, controlaba la duplicación de libros. Este proceso manual era lento y costoso, limitando el acceso al conocimiento. Solo los clérigos, conocedores del latín y el griego, podían realizar esta tarea. La Iglesia decidía qué y cuándo duplicar, prohibiendo la difusión de los clásicos griegos y romanos, considerados paganos.

Pensadores como Aristóteles, Platón, Homero, Arquímedes, Pitágoras, Solón, Ptolomeo, Sócrates, Horacio, Virgilio y Julio César eran desconocidos en Europa. Solo algunos de sus trabajos fueron traducidos por árabes y judíos, fuera del alcance de la Inquisición.

La Imprenta permitió la rápida difusión de los clásicos grecorromanos y las críticas a la Iglesia por parte de Lutero y Calvino, impulsando el Humanismo y la Reforma Protestante. Este último evento marcó un importante cisma en la Iglesia Católica, debilitando su poder.

El Humanismo: El Hombre como Centro

Hasta el Humanismo, el eje de la vida era Dios y la otra vida. Dios era el principio y el fin de todas las cosas, lo que limitaba la investigación y el cuestionamiento. El Humanismo desplazó este enfoque, no en la creencia en Dios, sino en la importancia de la vida terrenal.

El Hombre, sus problemas diarios, la Razón y la Naturaleza se convirtieron en la base del Humanismo. Este movimiento filosófico impulsó el Renacimiento, que se originó en Florencia, Italia, y se expandió por toda Europa.

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