Renovación Narrativa Hispanoamericana del Siglo XX: Del 40 al Boom y Más Allá
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Renovación Narrativa de 1940
La narrativa hispanoamericana experimentó una evolución radical, influenciada por la llegada masiva de exiliados tras la Guerra Civil Española. Este contacto propició la adopción de nuevos modos y modelos de narrar, con un experimentalismo comparable al Novecentismo y Vanguardismo español. Los autores buscaron inspiración en figuras como William Faulkner, James Joyce y Franz Kafka.
Antecedentes
Dos autores argentinos prefiguraron la renovación narrativa:
- Roberto Arlt (desde 1926): Inició la Novela urbana-caótica, de ambientación realista y visión existencialista. Sus personajes, con actitudes paranoicas y violentas, reflejan la alienación de la vida urbana.
- Macedonio Fernández (1947): Inauguró la novela del lenguaje o antinovela con Museo de la novela eterna. Suprimiendo el argumento, la novela se convierte en una yuxtaposición de pensamientos en estilo indirecto libre.
Características Generales
- Orientación filosófica existencialista: Temas como la soledad, la alienación y la incomunicación se vuelven recurrentes, reflejando el desarrollo urbanístico.
- Rechazo del realismo: Se utiliza lo fantástico como forma de crítica y análisis.
- Renovación de géneros: Se retoman las fórmulas del regionalismo, pero con nuevas técnicas y temas.
- Subversión de valores burgueses: Se cuestionan las convenciones sociales, con referencias explícitas a las relaciones sexuales.
Géneros de la Renovación
A) Novelas de Ficción
Este género recupera el cuento fantástico decimonónico para someter a juicio crítico los sistemas de explicación del mundo occidental. Su desarrollo en relato breve, con desenlaces inesperados, invita a la reflexión.
Jorge Luis Borges (1899-1986)
Influenciado por el Creacionismo y Ultraísmo, Borges definió las características del relato de ficción. Utilizó la técnica de la falsa erudición y abordó temas como el doble, el lenguaje y la inmortalidad. Obras destacadas: Ficciones, El aleph y El libro de la arena.
Adolfo Bioy Casares
Discípulo de Borges, aplicó sus planteamientos a la novela. En La invención de Morel (1940) explora la soledad y la incomunicación. Destaca también El sueño de los héroes (1954) y la serie detectivesca Seis problemas para Isidro Parodi (en colaboración con Borges).
B) El Realismo Mágico
Este modelo narrativo presenta hechos fantásticos como parte de la cotidianidad. Influenciado por el surrealismo y la mitificación del regionalismo, presenta las supersticiones mágicas como reales.
Miguel Ángel Asturias (1899-1974)
Con una prosa rica en sonoridades, Asturias exploró la mitología indígena y la problemática social. En El señor presidente (1946) retrata a un dictador latinoamericano. Los hombres de maíz (1949) es una obra clave del realismo mágico. Completan su obra la trilogía formada por Viento fuerte (1950), El Papa verde (1954) y Los ojos de los enterrados (1960).
Alejo Carpentier (1904-1980)
Con una prosa cercana a la literatura francesa del siglo XVIII, Carpentier abordó el tema de la revolución. Destaca El siglo de las luces (1962) y Los pasos perdidos (1953), donde invierte la oposición civilización-barbarie.
Juan Rulfo (1918-1986)
A pesar de su escasa producción, Rulfo es considerado un autor fundamental. Pedro Páramo (1955) establece una analogía con el México rural de los años 50. El llano en llamas (1953) se centra en episodios de la Revolución.
C) Novela urbana-caótica
Iniciada por Arlt, esta narrativa se centra en ambientes urbanos, la ideología existencialista y una retórica sencilla.
Leopoldo Marechal (1900-1970)
En Adán Buenosayres (1948) propone el catolicismo como solución a la alienación urbana.
Juan Carlos Onetti (1909-1994)
Elevó el género con obras como Juntacadáveres (1964) y El astillero (1961), incorporando técnicas del realismo mágico y explorando la frustración individual.
Ernesto Sábato (1911)
Con El túnel (1948) popularizó la novela urbana, presentando la vida como una metáfora de aislamiento.
José Donoso (1924-1996)
En El obsceno pájaro de la noche (1970) utiliza la estructura de la novela urbana-caótica con técnicas experimentales.
D) Novelas del lenguaje
Creada por Macedonio Fernández, esta narrativa suprime el argumento y se centra en la descripción, el humor y la reflexión sobre el discurso.
José Lezama Lima (1910-1976)
En Paradiso (1966) convierte a la Cuba poscolonial en protagonista. También destaca Oppiano Licario (1977).
Guillermo Cabrera Infante
Incorpora referencias a la cultura de masas. Su obra maestra es Tres tristes tigres.
E) Novela histórica
Este género se caracteriza por la documentación, el rechazo de planteamientos maniqueístas y la importancia de la psicología de los personajes.
Manuel Mujica Láinez (1910-1984)
Utiliza lo fantástico para reconstruir períodos históricos. Destacan El unicornio (1965), El escarabajo (1982) y Bomarzo (1962).
Arturo Uslar Pietri (1906-2001)
Combina realismo mágico y novela histórica en obras como Las lanzas coloradas (1931).
El “Boom” Narrativo de 1960
El “boom” designa la expansión editorial de la narrativa hispanoamericana, impulsada por editoriales como Seix-Barral. Los autores, de diversas generaciones, compartieron el apoyo inicial al régimen castrista y la recuperación del gusto por narrar.
Julio Cortázar (1904-1984)
Dividió su obra en relatos breves (Alguien que anda por ahí, Todos los fuegos el fuego, Historias de Cronopios, El perseguidor) y novelas (Rayuela, 62/ Modelo para armar), experimentando con fórmulas narrativas inspiradas en el lenguaje audiovisual.
Gabriel García Márquez (1927)
Su obra se divide en dos ciclos: el ciclo de Macondo (Cien años de soledad, El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca, Los funerales de la Mamá Grande, La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y su abuela desalmada) y el ciclo posterior (Crónica de una muerte anunciada, Del amor y otros demonios, El amor en los tiempos del cólera, Noticia de un secuestro).
Carlos Fuentes (1928)
Reutilizó los modelos de la Revolución Mexicana con técnicas experimentales. Destacan La muerte de Artemio Cruz (1962) y La región más transparente (1958).
Mario Vargas Llosa (1936)
Su obra se divide en dos etapas: una de mayor compromiso social (Conversación en la catedral, La guerra del fin del mundo, La ciudad y los perros) y otra más centrada en el humor y la sátira (La tía Julia y el escribidor, Pantaleón y las visitadoras).
Últimas Tendencias Narrativas
Los autores posteriores al “boom” han evolucionado a partir de los modelos narrativos previos.
Manuel Puig (1932-1990)
Denunció la represión militar y exploró la homosexualidad. Obras destacadas: Boquitas pintadas (1969) y El beso de la mujer araña (1976).
Alfredo Bryce Echenique (1939)
Utilizó la sátira humorística para analizar la alta sociedad limeña en obras como Un mundo para Julius (1970) y La vida exagerada de Martín Romaña (1981).
Influencia de García Márquez
Escritoras como Isabel Allende (La casa de los espíritus) y Laura Esquivel (Como agua para chocolate) siguieron la línea de García Márquez, combinando el realismo mágico con la denuncia social y el éxito comercial.