La Restauración Borbónica y el Bipartidismo en España
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La Restauración Borbónica en España (1874-1931)
Se conoce como Restauración Borbónica a la etapa política de la historia de España desarrollada bajo el sistema monárquico que se extendió entre finales de 1874 (pronunciamiento del general Martínez Campos que dio fin al periodo de la Primera República española) y el 14 de abril de 1931 (fecha de la proclamación de la Segunda República). El nombre alude a la recuperación del trono por parte de un miembro de la Casa de Borbón, Alfonso XII, después del paréntesis del Sexenio Democrático.
El Sistema Político de la Restauración
El sistema político de la Restauración fue ideado por el líder conservador Antonio Cánovas del Castillo. Se caracterizaba por ser oligárquico y centralista, y con él se procuró alcanzar una estabilidad institucional para acabar con la práctica de los pronunciamientos militares, así como una conciliación general entre todos los monárquicos alrededor del rey Alfonso XII en torno a las dos familias del liberalismo. Este sistema se apoya en los siguientes soportes fundamentales:
La Constitución de 1876
Sirvió para plasmar el modelo político canovista, y se caracterizaba por la amplitud de competencias que otorgaba a la Corona:
- Imperfecta división de poderes, al otorgar al monarca la facultad de nombrar y separar libremente al jefe de Gobierno y nombrar ministros. Además, tenía la facultad de nombrar a un tercio del Senado.
- La soberanía reside en las Cortes con el Rey.
- El poder ejecutivo reside en el Rey.
Su gran ventaja radicaba en la elasticidad; es decir, en su articulado poco preciso, compatible con gobiernos de distinto signo político. Precisamente, uno de los factores de inestabilidad del liberalismo español había sido la rigidez de las Constituciones anteriores.
El Rey y las Cortes
La historia había convertido al rey y las Cortes en las dos instituciones fundamentales de la Constitución interna de la nación española. Ambas formaban la columna vertebral de la nación y, por lo tanto, debían ejercer la soberanía conjuntamente tal y como se recogía en la Constitución de 1876. La monarquía quedaría por encima de los partidos políticos y fuera de futuros debates sobre su validez y poder.
El Bipartidismo
Siguiendo el modelo bipartidista inglés, la labor de gobierno debía recaer exclusivamente en dos partidos principales, que se alternarían en el poder y en la oposición. El turno de partidos era una fórmula política de ventajas inmediatas que, gracias a la manipulación electoral, daba a ambos partidos la posibilidad de alternarse en el poder de forma pacífica, posibilitando el mantenimiento de un sistema político que debía funcionar de arriba abajo.
Estos partidos eran:
- El Partido Conservador, liderado por el propio Cánovas y continuador de la tradición del Partido Moderado.
- El Partido Liberal, liderado por Sagasta y que aglutinaba a la izquierda moderada burguesa.
La práctica del turnismo se lograba mediante la manipulación electoral (pucherazo), es decir, mediante el falseamiento de los resultados electorales. En este falseamiento electoral desempeñaban una labor decisiva los caciques locales y comarcales, que coaccionaban al electorado para que votara lo que ellos querían, o simplemente que no votara (cuyo resultado era una abstención generalizada), además de los gobernadores civiles provinciales, el apoyo de la Corona y de las élites de los partidos dinásticos.