El Resurgir de las Letras Españolas: De Rubén Darío a Valle-Inclán
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Literatura Española de Fin de Siglo: Modernismo y Generación del 98
El desastre de 1898, con la pérdida de las últimas colonias españolas, marcó el inicio de una profunda crisis. Ante esta situación, algunos escritores optaron por evadirse de la realidad, mientras que otros se propusieron la regeneración del país. En este contexto, surgen dos movimientos literarios cruciales: el Modernismo y la Generación del 98.
El Modernismo
El Modernismo, movimiento literario surgido en Hispanoamérica a finales del siglo XIX, tuvo una profunda influencia en España. Con la poesía como género predilecto, sintetiza el Parnasianismo y el Simbolismo, sin dejar de lado la imaginación propia del Romanticismo. Se caracteriza por el exotismo, el cosmopolitismo y la búsqueda de la belleza a través de la elegancia. En su estilo, recurren a la mitología, a una musicalidad exquisita y a un léxico brillante, rico en metáforas.
Dentro del Modernismo, destaca la figura de Rubén Darío, con obras como Azul y Prosas profanas. En su etapa simbolista, sobresalen Cantos de vida y esperanza. Otros autores relevantes son Manuel Machado, con Alma; Juan Ramón Jiménez, con Arias tristes; y Antonio Machado, con Soledades, galerías y otros poemas y Campos de Castilla.
La Generación del 98
La novela y el ensayo alcanzan su máximo esplendor con la Generación del 98. Influenciados por Miguel de Unamuno, estos escritores se caracterizan por un estilo sencillo y sobrio. Sus temas principales son España y el sentido de la vida. En sus obras, se presenta un único personaje que experimenta una transformación en su mentalidad, y se prioriza el diálogo sobre los incidentes.
En cuanto a la poesía de la Generación del 98, se valora la profundidad por encima del placer estético. Autores destacados son Azorín, con La voluntad; Pío Baroja, con Zalacaín el aventurero; y Miguel de Unamuno, con San Manuel Bueno, mártir y Niebla. Ramón María del Valle-Inclán, con sus Sonatas, completa el panorama de la novela anterior a 1936, junto con los autores del Grupo del 14.
El Teatro
El desastre del 98 impulsó al teatro comercial hacia la evasión. En la alta comedia, destaca Jacinto Benavente con Los intereses creados. En la fantasía poética, sobresale Eduardo Marquina con Las hijas del Cid. Antonio y Manuel Machado contribuyen con La Lola se va a los puertos. También destaca Pedro Muñoz Seca con La venganza de don Mendo. En la comedia costumbrista, brillan los hermanos Álvarez Quintero y Carlos Arniches. En el teatro innovador, encontramos a Miguel de Unamuno con El Otro y a Ramón María del Valle-Inclán con sus Comedias bárbaras. Finalmente, el esperpento, con su estética deformante, patética y grotesca, se consolida con la obra Luces de bohemia de Valle-Inclán.