Rousseau: Naturaleza Humana, Sociedad y Educación para la Transformación Social

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Antropología de Rousseau: El Hombre y la Sociedad

La concepción antropológica de Rousseau se enmarca dentro de la corriente subjetivista iniciada por Descartes. Rousseau postula que el hombre posee una capacidad inherente de mejora, lo que le permite transformar la sociedad. Considera que el hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad lo corrompe. Ante esta situación, propone un retorno al Estado de Naturaleza, transformando la sociedad y la educación.

La Crítica a la Sociedad

Rousseau argumenta que el hombre primitivo era bueno, poseedor de sentimientos naturales positivos como el amor a sí mismo y la compasión hacia los demás. Sin embargo, la sociedad, especialmente a partir de la aparición de la propiedad privada, genera egoísmo y limita la libertad individual. La sociedad, con sus leyes civiles, perpetúa y amplifica las desigualdades. La sabiduría, que a menudo se asocia con la superioridad moral, es cuestionada por Rousseau.

La solución, según Rousseau, radica en una transformación radical de la sociedad y de las ideas que los hombres tienen de sí mismos. Aunque reconoce que la sociedad y la cultura son necesarias para el hombre, se opone a aquellos filósofos que abogan por su eliminación.

El Proyecto Educativo de Rousseau: Hacia un Hombre Nuevo

El objetivo de Rousseau es formar un hombre generoso, bueno y justo. El hombre no nace así, sino que debe hacerse. Para recuperar el Estado de Naturaleza, es fundamental cambiar el sistema educativo. Este cambio implica tratar a cada individuo de acuerdo con sus particularidades y exigirle según sus capacidades, reconociendo la diversidad humana. La exigencia, bien entendida, es positiva porque fomenta el desarrollo de hábitos.

La Pedagogía Naturalista de Rousseau: Etapas del Desarrollo

La pedagogía de Rousseau, conocida como naturalismo pedagógico, se desarrolla en tres etapas fundamentales:

  1. Educación física (infancia): El niño debe aprender a comportarse con cierta libertad, pero dentro de unos límites claros. Se trata de evitar el permisivismo y proporcionar pautas que guíen su conducta. Esta etapa se caracteriza por ser una educación reflexiva, donde el niño aprende a evaluar sus acciones. La educación debe ser adaptada a la edad, promoviendo la libertad de movimiento y evitando el autoritarismo. El niño comienza a descubrir quién es, a autovalorarse y a autodefinirse, iniciando el aprendizaje de las virtudes.
  2. Educación de la adolescencia (educación moral y religiosa): En esta etapa, el individuo aprende y asume los valores, diferenciando entre el bien y el mal. La educación moral y religiosa implica la interiorización de leyes que regulan las relaciones interpersonales. Rousseau considera que la religión es necesaria para el hombre, ya que da sentido a su vida. Propone una religión similar al deísmo, de carácter civil y sin trascendencia.
  3. Educación cívica y política: Cuando la persona alcanza la madurez, está preparada para comprender el funcionamiento de la sociedad. El aprendizaje se realiza a través de la experiencia, por ejemplo, viajando. Esta formación amplía la mente y abre el camino a nuevas ideas.

El fin último de la educación, según Rousseau, es transformar al hombre, desarrollando su capacidad de perfectibilidad.

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