Socialismo, Fascismo y el Bien Común: Un Examen de las Doctrinas Políticas

Doctrina Socialista

El socialismo, al propiciar la dictadura del proletariado y la destrucción de la clase burguesa, busca el bien de la mayoría. Sin embargo, no se debe confundir el bien común con el bien de la mayoría, ya que el régimen de la mayoría puede priorizar los intereses de quienes ejercen el poder, subyugando a la minoría.

De acuerdo con la doctrina marxista, el Estado es un instrumento de opresión contra la clase trabajadora en beneficio de la clase burguesa, o viceversa, dependiendo de si el Estado es burgués o socialista. Este proceso suele implicar una transición de un estado burgués a una revolución violenta, seguida de la dictadura del proletariado y, finalmente, el comunismo.

Doctrinas Totalitarias

Según el fascismo italiano de Mussolini, el Estado lo es todo y el individuo no es nada. Como él mismo expresó, “todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada en contra del Estado”.

1. El fin del Estado no es el bien común, sino que el Estado se convierte en un fin en sí mismo. Los individuos son partes de la organización estatal para que esta pueda alcanzar sus fines.
2. Las personas están al servicio del Estado.

El Bien Común como Fin del Estado

Fin del Estado: Fines de la sociedad política (teleología), promover el bien común.

Análisis de los Fines del Estado

Pueden diferenciarse en el análisis de los fines del Estado:

1. Objetivo: Es absoluto, abstracto, doctrinario, necesario y permanente del Estado. Explica su realidad, cualquiera sea su estructura o el sentido de su conducción. Trasciende a las generaciones, es universal, abstracto y permanente en el tiempo.
2. Subjetivo: Dependerá a veces del gobierno de turno en ciertos matices, pudiendo variar en cuanto a las condiciones entregadas a las personas.

El bien común no se opone al bien personal. La persona es un universo trascendental, guiado por su conciencia según su propia vocación, y el Estado le proporciona herramientas y medios para que se desarrolle tras su propio ideal de perfección, creando las condiciones ambientales que lo permitan.