Tartessos e Íberos: culturas prerromanas de la península ibérica
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Tartessos
Tartessos, cultura que se desarrolló entre los siglos VIII y VI a.C. en el suroeste peninsular, en el valle del Guadalquivir. La información que manejamos sobre esta civilización es limitada y poco precisa. Sabemos que estuvo muy influenciada por los fenicios y que alcanzó un gran desarrollo agrícola, artesanal, comercial y cultural basado en la explotación minera y el comercio con estos últimos. De su riqueza nos quedan muestras como el llamado Tesoro del Carambolo.
Tartessos entraría en una fase de decadencia al agotarse las minas y perderse el comercio con los fenicios, retornando a una economía exclusivamente agrícola y ganadera.
Esta cultura aparece citada en fuentes bíblicas y en textos griegos. La primera fuente histórica que alude a Tartessos es la Historia de Heródoto, del siglo V a.C., que habla del rey Argantonio (que significa "hombre de plata" y se dice que gobernó 100 años) y su incontable riqueza, sabiduría y generosidad. Una fuente más tardía, del siglo IV a.C., es la del escritor romano Rufo Festo Avieno, quien describió en su obra titulada Ora Marítima, un poema que describe las costas mediterráneas.
Íberos
Los íberos se asentaron en la costa mediterránea de la península ibérica y recibieron la influencia de los pueblos colonizadores, adoptando elementos como la moneda y la escritura. Habitaban en pueblos amurallados situados en zonas de fácil defensa, próximos a rutas comerciales y con un plan urbanístico de calles regulares (influencia griega) con casas de planta rectangular, con cimientos de piedra y paredes de adobe.
Su economía era básicamente agrícola, con un gran desarrollo de la minería y la metalurgia, destacando la fabricación de armas (como el falcata) y la orfebrería. También desarrollaron otras actividades artesanales como el tejido y la cerámica a torno, esta última de gran calidad por su decoración de influencia griega.
El comercio con los pueblos colonizadores era muy importante y propició la acuñación de moneda propia, el desarrollo del urbanismo y la escritura.
Su organización social se basaba en la tribu. Existía una jerarquía relacionada con el poder económico y militar, originando una aristocracia de guerreros que dio lugar a formas de poder unipersonal (caudillos). Su organización política estaba bastante desarrollada debido a la influencia del modelo de ciudad-Estado, traído por fenicios y griegos.
Entre sus restos artísticos destacan la Dama de Elche y la Dama de Baza.