Temas Trascendentales en la Poesía de Miguel Hernández: Amor, Vida y Muerte

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El Tríptico Temático Hernandiano

El amor, la vida y la muerte son los tres grandes temas de la poesía hernandiana. Poesía y vida aparecen fundidas en su obra, y cada uno de sus poemas es reflejo de la existencia dolorida del poeta. Su poesía muestra un profundo vitalismo ligado al amor y a la solidaridad. Los versos de Miguel Hernández están llenos de un presentimiento funesto, de un vitalismo trágico. Dolor y muerte son el resultado de sus propias vivencias y de la realidad social que le rodea. Estos sentimientos se agudizan con la guerra y sus consecuencias: hambre, cárcel, etc. Es en El rayo que no cesa donde se consolida el tríptico temático hernandiano. En cada uno de los poemas del libro podemos ver amor y sufrimiento, vida y muerte. La vida va ligada al amor. El sufrimiento amoroso del poeta lo llena de un dolor intenso, cuya máxima expresión es la muerte. Por tanto, el amor es muerte producida por la no realización de sus deseos.

El Amor como Tormento en El rayo que no cesa

El amor es el centro de El rayo que no cesa. Los poemas que lo forman desarrollan una apasionada historia de amor. A menudo, el poeta sufre un fatal tormento que lo llena de dolor, casi siempre por la esquivez de la amada. El amor origina la pena que produce la no realización del deseo erótico. Esa colisión le provoca un sentimiento de vida amenazada. Influenciado por Aleixandre, el amor se concibe como un tormento que lleva a la destrucción y a la muerte. El rayo es símbolo de esta pasión y de la herida que deja en el poeta. En el libro se recoge la amenaza constante y el sufrimiento permanente que padece el yo poético. La influencia de Garcilaso y su 'dolorido sentir', y la de Quevedo y su 'desgarrón afectivo', se ponen de manifiesto en el poemario.

Simbolismo en la Poesía de Miguel Hernández

Junto al rayo, encontramos otros símbolos de idéntico significado, como el toro, que representa la virilidad y el destino trágico; la espada, símbolo fálico y destructor. También hay que destacar otros símbolos eróticos, como el del limón, de gran sensualidad.

El Amor en Tiempos de Guerra y Cárcel

En Viento del pueblo y El hombre acecha, apenas aparece el tema del amor por tratarse de poesía comprometida. En uno de los poemas más intensos del libro, 'Canción del esposo soldado', Miguel Hernández se dirige a la amada enalteciendo la fuerza fecundadora ('He probado tu vientre de amor y sementera'). El fin de la guerra trae la cárcel para Miguel Hernández. El poeta escribe sus últimos poemas privado de libertad. Al dolor de esta pérdida se une la de los seres queridos. En Cancionero y romancero de ausencias, temas trascendentales como la unión sexual y la generación del hijo adquieren un valor especial. Es recurrente el motivo del beso en muchos de los poemas amorosos. La esposa es el 'oasis', la vida, la fuerza que lo sustenta.

La Muerte y la Amistad

Además de estos poemas, destacan los dedicados a sus hijos: las 'Nanas de la cebolla', a su segundo hijo. En estos aparece el dolor por la muerte: 'Ropas con su olor', 'No quiso ser', etc. Vida y muerte van de la mano también en algunos tributos a la amistad. Miguel Hernández es un poeta elegíaco, que canta su pena en los poemas dedicados a la muerte de conocidos y seres queridos.

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