Transición del Clasicismo al Romanticismo en la Música
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Transición: La Revolución Industrial facilitó una expansión espectacular en el tamaño de la orquesta y una mayor diversidad de instrumentos. La transición principal fue promovida por mejoras en el piano, con marcos de hierro fundido que permiten cuerdas más gruesas y tonos brillantes más profundos. Asimismo, se mejoraron instrumentos anteriores como el flautín y el corno inglés, para contribuir a la nueva interpretación onírica del pasado. Las nuevas salas de conciertos públicos se adaptaron al creciente tamaño de las orquestas. Fue durante el período de transición principal cuando se estableció una distinción entre obras de composición "intelectuales" y "vulgares", con la "música ligera" popular vista como entretenimiento y la "música artística" vista como una escucha seria.
La música romántica fue una ruptura autoconsciente con los ideales del Siglo de las Luces, así como una reacción al deseo sociopolítico de una mayor libertad humana del despotismo. El movimiento buscó expresar la libertad, la fraternidad y la igualdad que escritores como Heinrich Heine y Víctor Hugo defendieron artísticamente mediante la creación de nueva poesía lírica. Hubo una nueva rendición a la naturaleza, nostalgia por el pasado, un giro hacia lo místico, nueva atención a la identidad nacional, interés por lo autobiográfico y un descontento general con las fórmulas y convenciones musicales ejercidas en las composiciones clásicas. Los directores se convirtieron en las figuras centrales de las interpretaciones orquestales, responsables del flujo sonoro de piezas más grandes.
El Sturm und Drang o "tormenta y conducción" fue un movimiento protorromántico que ayudó a establecer la estética de la era romántica. Comisariada por Haydn, contrastaba con las piezas simples de la era clásica en el emocionalismo obvio y dramático buscado por los compositores románticos. A los compositores como Haydn les gustaba que su trabajo compositivo reflejara el turbulento clima político. Esto condujo a la creación de la Sinfonía de despedida n.º 45 en fa ♯ menor, que contiene varias características de esta transición a través de un adagio largo y lento y giros bruscos para ejemplificar las demandas de opiniones vacilantes y temas filosóficos que tienen lugar socialmente.
No fue hasta finales del siglo XIX cuando la disciplina emergente llamada Musikwissenschaft (musicología) comenzó a identificar qué compositores contribuyeron a la transición entre las épocas clásica y romántica. Mozart, más conocido por componer música clásica, incorporó ópera, concierto, sinfonía, sonata y cuartetos de cuerda que introdujeron cualidades románticas a la música de la época. El concepto de música programática prevaleció entre piezas de transición como los títulos de Eroica, Pastoral y Pathetique de Ludwig van Beethoven. La asignación de nombres característicos a las composiciones fue ampliada por compositores románticos como Richard Strauss y se convirtió en estándar. Franz Schubert participó en la transición del Clasicismo al Romanticismo al ser considerado el último de los compositores clásicos en sus primeras piezas instrumentales, y el primero de los románticos a través de sus 600 canciones de arte melódicas y armónicas. Después del período de transición, los virtuosos estilos de piano de los románticos Frédéric Chopin y Franz Liszt fueron importantes para consolidar el movimiento romántico, con Franz Schubert, Carl Maria von Weber y John Field prominentes en la generación Romanticismo.
Ludwig Van Beethoven
Nació en la ciudad alemana de Bonn. Ludwig van Beethoven fue bautizado el 17 de diciembre de 1770, en Bonn. Su familia era originaria de Brabante, en Bélgica. Su abuelo era el director de capilla de la corte y su padre era cantor y músico en la corte de Bonn. Su madre ha sido siempre descrita como una mujer dulce, modesta y pensativa. La familia Beethoven tuvo siete hijos, pero solo tres varones sobrevivieron, de los cuales Ludwig fue el mayo y desde pequeño estuvo sometido a la obsesión de su padre de que se convirtiera en el “nuevo Mozart”. Su padre, desde que Beethoven era niño vio su potencial y le obligó a estudiar día y noche, con la esperanza de que convirtiera en un genio.
El niño lloraba para que no le atormentaran con sus lecciones, pero la situación continuaba. Por años, creyó que había nacido en 1772, un dato que su padre le había hecho creer, probablemente para hacerle parecer más joven. A los 17 años viajó a Viena y allí se encontró con Mozart. El artista no se mostraba impresionado con los músicos que le mostraban sus habilidades, pero la historia dice que Beethoven logró algunos cumplidos de Mozart. Beethoven tuvo una vida dura, marcada por la debilidad y la enfermedad. Tuvo sordera, reumatismo, tifus, dermatitis atópica, infecciones, degeneración inflamatoria en las arterias, hepatitis crónica y cirrosis. Aunque siempre dijo que su sordera se debía a una caída, es probable que se produjera por una enfermedad de su juventud, como cirrosis o tifus. A partir de los 27 años comenzó a sentir un zumbido en el oído que le hacía la vida imposible. Además, vivió algunos desengaños amorosos y varios disgustos que le ocasionaron sus hermanos. Acabó siendo una persona retraída y taciturna. En 1808 estuvo a punto de abandonar Viena, pero la sociedad aristocrática, por temor a perder a este gran músico le prometió una pensión vitalicia. En 1816 su sordera se había hecho mayor. A partir de ese momento, su salud empieza a deteriorarse significativamente, aunque no deja de componer. Muere en 1827.
Etapas compositivas de Beethoven
Periodo Clásico (1795-1801)
Sus primeras obras muestran su dependencia a la tradición clásica. Sus primeras tres sonatas para piano contienen pasajes recordatorios a Haydn, lo que cambia es el paso de tres a cuatro movimientos en sus composiciones y, por otra parte, el minué clásico es sustituido por el scherzo. Entre sus sonatas más conocidas se encuentra la Pathetique, op 13, en tres movimientos. La armonía de su obra se caracteriza por el frecuente empleo de 8ª y por tener una escritura densa y plena. En cuanto a su música de cámara, destacan los cuartetos caracterizados por los giros de frases, las modulaciones anticonvencionales y sutilezas en la estructura formal. Su primera sinfonía es la más clásica de las 9. Influencia de Haydn, compuesta en cuatro movimientos de forma regular. Su segunda sinfonía en re mayor pertenece a los umbrales del segundo periodo estilístico
Periodo Transición (1801-1815)
Destaca la sinfonía Eroica, que es la 3ª y está en mi bemol. Es una de las más importantes de este periodo y se dice que quizá tuviese la intención de dedicársela a Napoleón. Esta sinfonía es una expresión inmortal en música del ideal de grandeza heroica. Revolucionaria, extensa, compleja y de difícil captación para el público.
En este segundo periodo también escribió sus cuartetos más importantes, fueron tres y dedicados al conde Rasumovsky, el cual patrocinaba un cuarteto de cuerdas conocido como el mejor de Europa. Debido a su estilo innovador, a los músicos y al público, les llevó un tiempo comprender su composición.
De las sinfonías 4ª a la 8ª: Las sinfonías 4ª, 5ª y 6ª fueron compuestas en una época de productividad excepcional. La 4ª y la 5ª expresaban los dos polos de sentimientos opuestos, la primera de estas de carácter humorístico y la otra de carácter luchador. La 6ª se conoce como como La Pastoral. Consta de 5 movimientos, los cuales cada uno de ellos llevo un título descriptivo que evoca una escena de la vida en el campo. Beethoven adapta su línea programática a la forma sinfónica clásica habitual, pero después del Scherzo inserta un movimiento adicional que sirve como introducción al finale. Con ella aspiraba a retratar escenas naturales o evocar los estados anímicos.
En cuanto a la 7ª sinfonía, se inicia con una extensa introducción como la 2ª y la 4ª, con modulaciones remotas, mientras, la 8ª parece ser una miniatura, o lo parecería si no fuese por la extensa coda del primer movimiento y por la más prolongada aún del final. Es las más animada de las nueve, aunque su humor es refinado y sus formas están condensadas.
En cuanto a sus sonatas y conciertos para piano, presentan diversidad de formas y estilos. Destacan la Sonata Waldstein y la Apasionata. Ambas mantienen los 3 movimientos habituales del Clasicismo en su orden rápido-lento-rápido.
En su condición de concertista de piano es natural que Beethoven compusiera conciertos para su propio uso. Las dos obras mayores son el concierto nº 4 en sol mayor y el concierto nº 5 en mi bemol, conocido como el Concierto Emperador.