La Transición Española: De la Dictadura a la Democracia

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El Fin del Franquismo y el Inicio del Cambio

La transición es el período en el que se pone fin al régimen franquista y se inician los cambios hacia la democracia, un proceso que comienza con la muerte de Franco en noviembre de 1975.

El gobierno estaba presidido por Arias Navarro, que se había mantenido fiel a los principios del “Movimiento Nacional”. Comienzan a surgir personalidades partidarias de ciertos cambios, como Manuel Fraga.

Esta división también tuvo su reflejo en la sociedad española. Hay grupos partidarios del inmovilismo, pero cada vez son más los que piden la democracia.

Actuaciones Políticas de la Oposición

Paralelamente se producen actuaciones políticas por parte de la oposición al franquismo. La Junta Democrática del PCE y la Plataforma de Convergencia Democrática del PSOE se unen para formar un organismo conocido como “Platajunta”. En él también se integran otros partidos, todos ellos coinciden en pedir la amnistía política, el reconocimiento del derecho de sindicación y de creación de partidos políticos…

Esta situación provoca la dimisión de Arias Navarro. El rey Juan Carlos, ya como jefe del estado, tiene la posibilidad de elegir al nuevo presidente del gobierno, que será Adolfo Suárez.

El Gobierno de Adolfo Suárez

Los partidarios del inmovilismo dudaban de que Suárez fuese capaz de mantener el régimen y los partidarios de la democracia se mostraron recelosos por la elección de un hombre que procedía del régimen franquista. Sin embargo, estos últimos se dieron cuenta de su error en el momento en que Suárez da su discurso como nuevo presidente del gobierno (doc.1).

En él, Suárez afirma que los futuros gobiernos de España serán el “resultado de la libre voluntad de la mayoría de los españoles”, lo cual significa que los gobiernos serán elegidos mediante sufragio, pilar básico de una democracia.

También señala el papel de la Corona en este proceso, cuando dice que la “corona tiene la voluntad de alcanzar una democracia moderna para España”, deja claro que el rey no será el sucesor de Franco y de su sistema de gobierno, sino el que encabeza la transición hacia la democracia.

La Ley de Reforma Política

Esta declaración de intenciones fue seguida por una intensa actividad por parte de Suárez y su gobierno para poner en marcha las reformas necesarias. Dicha actividad culmina cuando consigue que las Cortes franquistas voten mayoritariamente a favor de su Ley de Reforma política (doc. 2).

Dicha ley establece la soberanía popular, es decir, “la democracia se basa en la supremacía de la ley y esta es la expresión de la voluntad del pueblo”.

El pueblo elegirá por sufragio universal, directo y secreto, a sus representantes que integrarán las Cortes, formadas por dos cámaras: Congreso y Senado.

Estas tendrán el poder legislativo mientras que el Rey solo “sanciona y promulga las leyes”. Este es un cambio significativo respecto al régimen franquista, en el cual Franco como jefe del estado se reservaba el poder legislativo.

Primeras Elecciones Democráticas

La aprobación de esta ley marca el inicio del primer proceso electoral democrático en España desde la Segunda República. El gobierno de Suárez legalizó partidos y sindicatos, demostrando así su intención de que la elección del nuevo gobierno fuese verdaderamente democrática.

A los más conservadores y contrarios a la democracia no les gustaba la idea de legalizar el Partido Comunista, pero era necesaria para alcanzar una normalidad política y por eso hubo que convencer al PCE de que hiciera algunas renuncias, siendo la más significativa la renuncia a su republicanismo.

Elecciones Generales de 1977

Las elecciones generales a Cortes se fijaron para junio de 1977 y estuvieron precedidas de una intensa campaña electoral, en la cual Suárez, líder de la recién fundada Unión de Centro Democrático, pronunció un discurso (doc. 3) que se hizo famoso por el modo en que Suárez se expresó “puedo prometer y prometo” y en el cual establece su proyecto político, en el que los aspectos más destacados son:

  • Normalizar la vida política.
  • Elaborar una constitución de consenso.
  • Alcanzar ese consenso también para fijar las líneas básicas de la economía española.
  • Crear un “marco legal para institucionalizar cada región según sus características”.

UCD ganó las elecciones y las Cortes iniciaron la elaboración de la constitución, para lo cual, se creó una comisión en la que estaban representadas todas las fuerzas políticas parlamentarias, por lo que fue aprobada en 1978 (doc. 4).

La Constitución Española de 1978

Los aspectos más destacados de la Constitución son:

  1. España es un Estado social, democrático y de Derecho, cuya forma de gobierno es la monarquía parlamentaria.
  2. La soberanía nacional reside en el pueblo, que la expresará a través del sufragio, para la elección de sus representantes, que se agruparán en las Cortes, con poder legislativo.
  3. Reconoce el derecho de autonomía, pero respetando la “indisoluble unidad de la Patria”.

Consolidación de la Democracia

Llevada a cabo la constitución, las Cortes se disolverán y se abrirá un nuevo proceso electoral, que tuvo lugar en 1979 y los resultados fueron similares a las anteriores elecciones.

Los hechos que marcan esta legislatura fueron el desarrollo legislativo de la Constitución, pero también un aumento de las dificultades de la nueva democracia por las críticas y los ataques que recibe. Por un lado, por la extrema izquierda a través de los atentados, pero también por parte de la extrema derecha. El momento más delicado se produjo el 23 de febrero de 1981 con el intento de golpe de estado (doc. 5).

Suárez, debilitado por la profunda crisis económica, la oposición del PSOE y la pérdida de apoios en su partido, dimite. Aprovechando la sesión de investidura de su sucesor, Calvo Sotelo, se produjo el asalto al Congreso, liderado por Tejero. El golpe fracasa en el momento en que el Rey, en un discurso, declara no apoyar el golpe de estado y se mantiene firme en la defensa del sistema democrático.

Prueba de la madurez democrática fue que un año más tarde se convocaron nuevas elecciones en las que resultó ganador el PSOE (doc. 6). Su victoria se considera el fin del período de la transición ya que esos resultados dejan atrás los cambios hacia la democracia, ya que están plenamente consolidados.

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