Virtudes Teologales y Cardinales: Esperanza, Caridad, Prudencia, Justicia y Fortaleza
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Las Virtudes Teologales
La Esperanza
La esperanza es una virtud teologal, infundida por Dios en el alma, con la que podemos aspirar con certeza interior a los bienes intemporales, como la vida eterna y las demás promesas hechas por Cristo a sus discípulos. Una de tales promesas es el premio del bien obrar con nuestros semejantes. La gracia del Espíritu Santo hace de soporte para la esperanza cristiana durante el tiempo de nuestra vida terrena. Esta está relacionada con la fe, que nos arranca del vivir encarando sin solución de continuidad la nada y el paso del tiempo sin retorno posible que caracteriza a la vida humana desde la misma concepción hasta su agotamiento biológico de la muerte.
La Caridad
La caridad es la virtud infusa teologal por medio de la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por ese amor a Dios. Jesús ha hecho de ese amor el mandamiento nuevo con el referente del "como yo os he amado". Todas las demás virtudes cristalizan en el amor, que es el vínculo para la comunión y la pacificación de los espíritus y los cuerpos. Hay que amar sin ningún interés, sin esperar nada a cambio, amar no solamente porque uno es amado o por otros motivos como el de la amistad humana.
Las Virtudes Cardinales
Prudencia
La prudencia dispone la razón para discernir en cada circunstancia nuestro verdadero bien o del prójimo, y a elegir los medios para realizarlo. Con la prudencia se busca la verdad y el compromiso con la puesta en práctica de la misma. Por tanto, la prudencia va más allá de las propias certezas, personaliza la acción y no la objetiva, resulta audaz y se detiene a la puerta de los propios intereses.
Justicia
La justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a los demás lo que les es debido. La justicia para con Dios conlleva la religiosidad. Acerca de la justicia hay que comenzar por decir que no se trata de una realidad epidérmica, ni se agota en el foro judicial y legal; es una realidad existencial que compromete todas las dimensiones de la vida. La justicia resulta de la conjunción armónica e integrada de una triple relación: con los otros, con lo otro y con el Otro. Todo ello como urgencia inaplazable, no como utopía.
Fortaleza
La fortaleza asegura la firmeza en las dificultades y la constancia en la búsqueda del bien. La fortaleza puede llegar al sacrificio de la propia vida por una causa justa. La fortaleza es una realidad moral que afronta los sucesos que nos implican con criterio para afrontarlos y asumirlos, sin concesiones fáciles. Hunde las raíces en la parte noble. Es cierto que la fortaleza implica características como la resistencia y la inmunidad, pero sin identificarse ni con lo masculino ni con lo femenino. Según la mentalidad del mundo actual, se demandan grandes dosis de fortaleza para la salvaguarda de sentimientos, afectos y fidelidades.